Angela Merkel, la canciller federal alemana, ha dicho hoy que "esta migración nos ocupará los próximos años, y nos cambiará."
¡Por Alá que razón no le falta a la valkiria mayor! Sólo hoy y sólo en Múnich se esperan 3 trenes húngaros con 10.000 sirios.
Ya es un hecho firme que millones de levantinos quieren ir a Alemania. Y también está claro que la ola de germanofilia se desató entre los moros por pocos y simples factores:
1. El presidente turco Erdoğan decidió abrir las esclusas hacia Europa.
2. Los gobiernos de Grecia, Macedonia, Serbia y Hungría inauguraron un corredor migratorio, más o menos voluntariamente.
3. El gobierno alemán anunció –tal vez con intencional imprudencia– que no aplicaría a los sirios la doctrina Dublín del tratado de Schengen. Dicha doctrina implica que todo refugiado es responsabilidad del país del tratado al que entre primero.
Si el gobierno alemán no es un completo hatajo de tontos –y no tengo suficientes pruebas para creer tal cosa–, detrás de toda la improvisación circunstancial tiene que haber un cálculo.
¿Y cuál puede ser ese cálculo?
Unas gráficas del Buró Federal de Estadísticas de Alemania resultan aquí muy elocuentes.
Descripción de la gráfica:
- el eje vertical: miles de personas,
- eje horizontal: años,
- curva verde: inmigrantes,
- curva roja: emigrantes.
Lo relevante, sin embargo, es el saldo migratorio, o sea, la diferencia entre los que llegan y los que se van, representado por la barras entre las curvas: verdes con mayor inmigración y rojas con mayor emigración.
Como podemos apreciar, desde 1992 con el máximo de +782.000 Alemania fue perdiendo saldo migratorio hasta llegar incluso a valores negativos: -56.000 en 2008 –precisamente el año en que me largué de allí– y -13.000 en 2009. A partir de entonces se ha ido recuperando para alcanzar +470.000 el año pasado.
Ahora bien, si sacamos el promedio del balance migratorio de esos últimos 24 años obtenemos unos +242.500 por año. Y esto nos lleva a la siguiente gráfica.
Descripción de la gráfica:
- eje vertical: millones de personas en edad de 15 a 65 años,
- eje horizontal: años,
- curva verde: evolución demográfica sin migraciones,
- curva azul oscura: evolución demográfica con un balance migratorio anual de +200.000,
- curva azul clara: evolución demográfica con un balance migratorio anual de +533.000.
En otras palabras, dado el crónico déficit reproductivo alemán y europeo en general, Alemania necesita un balance migratorio anual de +533.000 personas para mantener los niveles productivos actuales y, consecuentemente, la correspondiente prosperidad y estabilidad económicas. Hace tiempo que sabemos que lo importante para el bienestar y el progreso es la calidad de los recursos humanos y las estructuras socioeconómicas, pero lógicamente todo se pierde con la desaparición de los humanos. Sencillamente hay que asegurar la cantidad para mantener la calidad. O dar enormes saltos tecnológicos.
Por tanto, el gobierno alemán –una coalición de los dos grandes partidos populares– lo que está haciendo ahora es agarrar por los pelos a la calva oportunidad que les ha llegado.